Una tradición que se extiende por numerosos pueblos de la geografía española, es la de las «enramadas».
Según la región o pueblo de que se trate, tiene lugar en una fecha u otra, y en Toro se celebra la noche de San Juan.
Antiguamente, esa noche mágica, los muchachos del pueblo adornaban con ramas de árboles y flores, el balcón de la casa de las «mozas a las que pretendían».
Cada planta tenía su propio significado, con lo cual, cada enramada escondía un peculiar mensaje para su destinataria.
La rama de cerezo era la utilizada como declaración de amor, y para el resto de las plantas, el significado que se le atribuía era uno que rimase con el nombre de dicha planta, y así, era fácilmente recordado.
Aquí tenéis el significado de algunas de ellas:
– Álamo: te amo.
– Pino: te estimo.
– Olivo: te quiero pero te olvido.
– Chopo: te quiero, pero poco.
– Castaño: te quiero, pero te engaño.
– Peral: te quiero más.
– Espiga de trigo: amiga y amigo.
– Laurel: No volveré.
– Romero: La que yo más quiero.
– Nogal: te quiero hablar.
– Jazmín: amor hasta el fin.
– Clavel: te quiero bien.
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No todos los mensajes eran «bonitos», y si algún chico había sido rechazado por una chica, le llenaba la puerta de huesos.
Actualmente, ya no son los chicos los que engalanan con las enramadas los balcones de las chicas, sino que es cada vecino, quien las cuelga en sus propias fachadas, en recuerdo de esa antigua tradición.
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Me parecería precioso.
Me parece una tradición machista y ancestral. Hay que evolucionar un poco como especie.